Un día de agosto del año 2005, la estadounidense Magda Sayeg puso en la entrada de su tienda de ropa una colorida funda de lana. Se había cansado de no dar buen uso a sus tejidos, casi siempre dejados a medio terminar. Ese fue el punto de partida de una tendencia artística urbana que hoy, en distintas ciudades de América, Europa y también Asia, viste las calles y las llena de color.
El movimiento nació en Houston y se conoce como KnittaPlease, nombre del grupo que Magda Sayeg formó junto a otros tejedores para dejar piezas de lana en lugares públicos: bancos de plazas, pilares de letreros, árboles e, incluso, monumentos urbanos. Se trata de una especie de arte callejero, algo así como el graffiti, pero, en vez de pintura spray y murallas, ellos emplea palillos y lana.
En la lista de ciudades que han sido testigo de la embestida de tan particulares tejedores se cuentan Estocolmo, Milán, Amsterdam, París, Seúl, Melbourne, Montreal, El Salvador, Ciudad de México y Nueva York, lugar en que el grupo instaló un trabajo especial para el Fashion Week 2009: KnittaPlease The Standard.
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